Aldalomë
Historia de Aldalomë: El Reino de los Elfos Fasgal
Aldalomë, conocido como el Bosque Eterno, es un reino mítico fundado por los elfos Fasgal tras su llegada a las costas de Arcarademo. Este territorio fue revitalizado cuando los elfos plantaron las Últimas Semillas, un conjunto de esquejes y retoños rescatados de su antiguo hogar. Estas plantas no solo crecieron vigorosamente, sino que también trajeron esperanza a los corazones de los elfos, quienes anhelaban revivir su glorioso pasado.
El Bosque Soñado
El Bosque Eterno se transformó rápidamente en un exuberante paraíso, lleno de frondosos bosques de origen feérico. Esta vegetación mágica infundió al entorno una atmósfera de belleza inmaculada y etérea. El centro de este nuevo mundo era Ronägan, el Árbol de las Estrellas, un ser antiguo y sabio que guiaba a los elfos en su nuevo hogar.
Durante un tiempo, los elfos Fasgal vivieron en paz y armonía, reconstruyendo un reflejo casi perfecto de su anterior reino. Sin embargo, su despreocupación los hizo ignorar las crecientes amenazas más allá de sus fronteras. Teldaron, un poder en ascenso, vio en Aldalomë un blanco fácil para demostrar su fuerza militar. Indolentes ante los problemas externos, los elfos no respondieron a las súplicas de auxilio de reinos vecinos, ni previeron la agresión de Teldaron.
La Pesadilla
El ataque del Antiguo Reino fue devastador. Los bosques ardieron, las aldeas fueron destruidas y la población fue masacrada sin piedad. Espíritus naturales y seres feéricos también fueron cazados sin discriminación.
El golpe final fue la destrucción de Ronägan, cuyo colapso resonó en toda Aldalomë, marcando el fin de la resistencia élfica.
Este trágico evento dejó una marca imborrable en los elfos de los bosques, sumiéndolos en un duelo profundo por la pérdida de su legado y la posibilidad de resucitar su antiguo mundo. Sin embargo, años después, surgió una figura esperanzadora: la primera Maestra Jardinera. Esta líder se dedicó a recolectar semillas de entre las cenizas, plantando la semilla de una nueva esperanza para su pueblo.
Desde entonces, la política y las acciones de los elfos Fasgal se han centrado en la protección y crecimiento del Bosque Eterno. Para evitar los errores del pasado, se mantienen vigilantes ante cualquier amenaza. Hoy en día, este renovado pueblo de los bosques mantiene relaciones diplomáticas con otras naciones y es un miembro activo del Imperio del Enclave.